En el escenario mundial de los Juegos Santiago 2023, donde atletas de todo el mundo se congregan para competir en la cúspide de sus habilidades, hay un aspecto fundamental que va más allá de las medallas y los récords: la huella de carbono. En un mundo cada vez más consciente del cambio climático y la necesidad de actuar de manera sostenible, los Juegos Olímpicos han emergido como un escaparate de cómo la industria del entretenimiento puede contribuir a la preservación del medio ambiente.
La Huella de Carbono en el Deporte: Más Allá de las Competencias
La huella de carbono se refiere a la cantidad total de gases de efecto invernadero emitidos directa o indirectamente por un individuo, organización, evento o producto. En el contexto de los Juegos Santiago 2023, este cálculo no se limita únicamente a las competiciones deportivas, sino que se extiende a toda la infraestructura que implica la organización de este magno evento.
Desde la construcción de instalaciones deportivas hasta la movilización de atletas, personal y espectadores, cada aspecto de los Juegos tiene un impacto en el medio ambiente. Es por eso que el cálculo de la huella de carbono se ha vuelto crucial, ya que proporciona una visión integral de las emisiones asociadas con el evento, permitiendo así la implementación de estrategias para reducir y compensar estas emisiones.
Hitos que destacan la Responsabilidad Ambiental
En los últimos años, hemos sido testigos de iniciativas innovadoras adoptadas por los comités organizadores de los Juegos para mitigar su impacto ambiental. Desde la utilización de materiales reciclados en la construcción de instalaciones hasta la implementación de tecnologías energéticas limpias, las anécdotas que emergen de estos esfuerzos destacan la creciente conciencia y responsabilidad ambiental en el mundo del deporte.
Un ejemplo emblemático es el de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, que se llevaron a cabo en 2021. El evento no solo fue un escaparate de habilidades atléticas excepcionales, sino también un modelo a seguir en términos de sostenibilidad. Desde la utilización de hidrógeno verde para abastecer la llama olímpica hasta la creación de medallas hechas a partir de materiales reciclados, Tokio estableció un estándar elevado en la consideración medioambiental.
La planificación de los juegos santiago 2023 se basó en la sostenibilidad, tomaron como referencia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) incluidos en la Agenda 2030 de la ONU, para llevar a cabo las acciones necesarias para garantizar la sostenibilidad del evento.
Se distinguieron por ser el primer evento deportivo de esta magnitud en lograr la carbono neutralidad en Chile (sede del evento). El 80% de los residuos plásticos que se generaron durante la realización de las competencias se reciclo, también se utilizaron buses eléctricos en la Villa de Atletas, la construcción de pistas ecuestres con sistemas de riego que permitan reducir el consumo de agua y el uso completo de energía eléctrica proveniente de fuentes renovables.
El Deporte como Motor del Cambio Sostenible
En resumen, la importancia del cálculo de la huella de carbono en los Juegos Olímpicos va más allá de la responsabilidad organizativa; se trata de enviar un mensaje global sobre la necesidad de adoptar prácticas sostenibles en todos los aspectos de nuestras vidas, incluso en los eventos que nos unen en emoción y competencia.
Los Juegos Olímpicos, con su alcance global, se presentan como una plataforma única para inspirar cambios positivos y para demostrar que, incluso en la búsqueda de la grandeza deportiva, podemos ser campeones en la preservación de nuestro planeta.